Pues se nos ha venido a la memoria esta cita bíblica, y a la vez película española de Enrique Urbizu (2011) en la reflexión sobre la siniestralidad laboral y sus más profundas explicaciones. Es cierto que el objetivo del “accidente cero” es una quimera. Pero también que el trabajo es para la vida, y que la persecución de ese objetivo debe tener carácter estratégico, y que estará plagado de obstáculos en la lógica del dumping social, del mercado salvaje y de la tensión permanente hacia la desregulación. Y no debería haber paz para los malvados.
Pues queramos o no, la lucha contra la siniestralidad laboral requiere, junto a la toma de conciencia social, de una presión reguladora constante, muy a pesar de quienes defienden a ultranza la flexibilidad propia de la economía de mercado. Cada 28 de abril se celebra el Día internacional de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. En Andalucía durante 2023 murió un trabajador por accidente laboral cada tres días; y es aquí donde se han producido una cuarta parte del total de los accidentes graves de toda España. Pero no queremos poner el acento en tierra propia, pues la conmemoración tiene ámbito INTERNACIONAL. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) centra una especial atención en zonas del mundo donde las dificultades son mayores: a peores condiciones de trabajo, mayor incidencia de la siniestralidad. En este espacio “people at work” –recuperando así nuestra crónica sociolaboral- queremos usar ciertas imágenes para su reflexión.