La compañía energética Iberdrola debería tener ya identificado cuál es el principal riesgo para su reputación. Y probablemente diseñada la solución a una caída reputacional sin precedentes: poner a su presidente de patitas en la calle.
Probablemente habrán tenido ocasión de ver estas imágenes
Comprenderán que no hace falta recargar la extensión de este artículo para exponer lo que pretendemos transmitir al lector. Se podría decir, que el video de la propia RTVE “habla por sí solo”. Pero hemos querido incidir mínimamente en el concepto de “reputación corporativa” y comprobar qué dice la propia Compañía Iberdrola sobre el “riesgo reputacional”.
A determinados niveles, algunas compañías comienzan a comprobar que, al margen de su capacidad, patrimonio y resultados, existen ciertos bienes intangibles que merecen la pena proteger de cara –cuanto menos- a mantener su propio éxito empresarial.
Como reputación corporativa entenderíamos someramente la percepción que los clientes, los grupos de interés, la sociedad en general tiene de una determinada empresa. La reputación hay que gestionarla, cuidarla y mimarla en la consecución, no lo olvidemos, de los mejores resultados económicos.
Y efectivamente, porque supone un bien intangible basado en las percepciones que tiene la sociedad sobre cuestiones de ética empresarial, el funcionamiento de las relaciones laborales, la honestidad, cuestiones ambientales, la igualdad, etc, es por ello que trazan sus propias políticas de evaluación del riesgo reputacional.
Veamos qué dice esta compañía energética sobre ello en su propia web:
Política marco de riesgo reputacional
El objeto de la Política marco de riesgo reputacional es establecer un marco de referencia para el control y la gestión del riesgo reputacional a desarrollar por todas las Direcciones del Grupo, de forma coordinada con la Dirección de Relación con Inversores.
La gestión de la reputación persigue dos objetivos complementarios, por un lado aflorar oportunidades que provoquen comportamientos favorables hacia la empresa y por otro disminuir el riesgo reputacional.
Existe una relación directa entre esta política y la Política de relaciones con los Grupos de interés, que tiene el objetivo de identificar los Grupos de interés de la Sociedad, involucrarles y consolidar relaciones de confianza con ellos.
La Política marco de riesgo reputacional establece diversas recomendaciones, incluyendo la gestión de crisis, y lista indicadores de seguimiento, tales como RepTrak, así como criterios para la medición de la reputación de la Sociedad y su Grupo.
Pues miren que me da la sensación que los “stakeholders internos” de este gigante energético son como los vasallos y consejeros que rodeaban al rey desnudo, en la historia del “paño prodigioso” del Conde Lucanor haciéndole creer que endosaba una tela extraordinaria y de una hermosura nunca vista, cuando en realidad el Rey estaba desnudo. El conflicto no consistía tanto en salvar la dignidad de éste, como en ocultar sus propias vergüenzas.
El Rey “henchido de vanidad, avanzaba solemne al frente de su séquito” repleto de estómagos agradecidos y puertas giratorias bipartitas.
Sin importar las acusaciones de presuntas implicaciones de su reino con el Comisario Villarejo. Tan joven y apuesto que se permitía el vaciado de los pantanos para provocar la subida de los precios de sus reales impuestos; de “la alfarda” por el aprovechamiento de las aguas.
Tan seguro de sí mismo que no entiende cómo 10 millones de personas, consumidores, posibles clientes son “tan tontos” que no se dan cuenta de la belleza de su vestido hecho con perlas de “tarifa de mercado libre”; de una seda tan fina y delicada como su interés por el deporte femenino. Con eso lo arreglamos todo.
Hasta que… el esclavo negro que nada tenía que perder, se acercó a él y le dijo:
- Señor, … salta a la vista que vais como vuestra madre os trajo al mundo.”